My name is Marco Garcia, I was born in New York in 1950, but I have lived in Guatemala most of my life. As a profession I am a lawyer with a PhD from the Complutense University of Madrid, Spain, and I was a professor in the law school and member of its board of directors at the Francisco Marroquin University for several years, then I dedicated myself to banking. In banking I was vice president of the board of directors at the reformer bank in Guatemala, as well as deputy chairman of the Guatemalan sugar association, currently I’m the vice president of the sugar mill union in Guatemala. I worked 14 hours a day and practiced racket ball, swimming, or attended the gym every day, I could say that I led a very active life.
In 1976, I began with a mild pain in the lower back that was not constant, however, at the end of that year it became permanent. In 1977, I started with chiropractic treatments, massages and pain medication, and tried to follow my daily routine with more and more difficulty. By July 2017 I made a trip to Europe to release the stress, yet, the pain did not go away and although I was in denial that I would need an operation, upon my return I made the decision to undergo a medical check-up and, if necessary, an operation. By that time, I could barely walk and used a walker. Attending my usual job was very painful every day. And of course the performance hit rock bottom.
I had to decide where to go and it was not a difficult decision. Immediately HSS came to mind since my mother had had two very delicate & successful spine operations at HSS. However, I did not know who to contact and coincidentally a friend of mine who had had an operation at HSS gave me the phone number of the International Center, and I wrote to Lady Perez, who managed all my medical arrangements.
By October 2017 I was in NY, and since I arrived at the hospital, I felt confident that I was in the best hands. Everything was facilitated with ease without needing to carry out the hassles of mayor procedures; everything was resolved by the hospital’s International Center team.
Eventually, they were able to determine that I would need a replacement of the left hip, and they recommended a great doctor, Dr. Mathias Bostrom, who received me and within twenty-four hours I was in the operating room.
Post-operatively, I stayed at the hospital for four nights. Dr. Bostrom visited me every day as well as his team. What surprised me the most was that I no longer had pain outside of the
norm derived from the intervention. During my stay in the hospital, all the staff that looked after me was very professional, and above all the attention was not impersonal, but instead very humane. Thanks to you all, with respective therapy I was able to walk without any discomfort and Dr. Bostrom authorized my return to Guatemala.
In the following months I am able to resume my normal life and return daily to the gym, to walking, to swimming, to biking, and above all to feeling happy without pain. Thanks to everyone at HSS, I have a normal life now, and I have learned the great lesson that pain can be avoided and that one can always achieved a new life in this life.
Spanish Translation:
Mi nombre es Marco Garcia, nací en New York en 1950, pero he vivido en Guatemala casi toda mi vida. Mi profesión soy abogado con PhD por la universidad complutense de MADRID, ESPANA, Y fui profesor en la escuela de derecho y miembro de su consejo directivo de dicha escuela, en la universidad Francisco Marroquín, por varios anos. Luego me dedique a la banca siendo vicepresidente del consejo de administración en banco reformador en Guatemala, y también presidente adjunto de asociación de azucareros de Guatemala, y actualmente vicepresidente del ingenio la unión en Guatemala. Trabajaba 14 horas diarias y practicaba deporte raquet ball, natación, o asistía al gym todos los días, podría decir que llevaba una vida muy activa.
En 1976, principie con un dolor leve en la espalda baja el que no era constante, sin embargo, a finales de ese año se hizo permanente.
En el año 1977, principie con tratamientos de quiropráctica, masajes y medicinas para el dolor, y trataba de seguir mi rutina diaria, cada vez con más dificultad, en Julio de ese año efectué un viaje a Europa para liberar el stress. Sin embargo , el dolor no se fue y a pesar de que yo mismo negaba que necesitaría una operación, a mi regreso tome la decisión de someterme a un chequeo médico y en caso fuera necesario, una operación. Para ese momento, apenas podría caminar, utilizaba andador, atender mi trabajo habitual era cada día muy doloroso. Y por supuesto el rendimiento toco fondo.
Tenía, que decidir a qué lugar ir y no fue una decisión difícil, inmediatamente me vino a la mente el HSS, ya que en dicho hospital a mi madre le habían efectuado dos operaciones de espalda muy delicadas, derivadas de un accidente de vehículos.
Sin embargo, no sabía a quién contactar y casualmente un amigo mío, que había tenido una operación en HSS, me dio el teléfono del departamento internacional, y le escribí a Lady Perez, quien administro todo lo relativo a mi cuidado médico.
En octubre 2017 yo estaba en NY, y desde que llegue al hospital, me sentí confiado que estaba en las mejores manos, todo se facilitaba, sin necesidad de efectuar mayores tramites, pues todo lo tenían resuelto el equipo del Centro Internacional.
Finalmente, determinaron que necesitaría un reemplazo de la cadera izquierda, y me recomendaron un gran médico, el Dr. Mathias Bostrom, quien me recibió y veinticuatro horas después yo estaba en la sala de operaciones.
Posteriormente, estuve en el hospital cuatro noches, el Dr. Bostrom me visitaba todos los días, y además todo su equipo, lo que más me sorprendió fue que ya no tenía dolor, fuera del
normal derivado de la intervención. Durante mi estadía en el hospital, todo el personal que me atendió, fueron muy profesionales y sobretodo no era atención impersonal, sino muy humana. Gracias a todos, en las siguientes dos semanas con la terapia respectivas pude caminar sin ninguna molestia y el DR. BOSTROM me autorizo a regresar a Guatemala.
En los siguientes meses pude reanudar mi vida normal y regresar diariamente al gym, a caminar, a nadar, a hacer ciclismo, y a sentirme feliz sin dolor. Gracias a todos en HSS, tengo una vida normal ahora, y he aprendido una gran lección y es que el dolor se puede evitar y que uno puede regresar de nuevo a una nueva vida.”